Por Greta Díaz. Crecí con un padre que siempre estuvo cerca. A pesar de múltiples viajes de trabajo, siempre estaba allí para nosotros. Específicamente, a mí me acercó mucho a los retos mentales, me enseñó a jugar con acertijos, a resolver sudokus, a defenderme y a nadar. De él saqué mi gusto por la historia y la lectura. Cada noche me inventaba cuentos o me leía. Cuando fui creciendo, nos turnábamos un capítulo cada quien....